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Desde 1847 se celebra durante una semana la fiesta más internacional y popular de Sevilla. Miles de casetas se transforman en el segundo hogar de los habitantes de la ciudad donde la diversión y la compañía son los protagonistas. Miles de turistas de todo el mundo acuden cada año mezclándose con el ambiente andaluz.
Oficialmente la fiesta empieza con la prueba del alumbrado, se encienden miles de bombillas de colores que cambian cada año. En el interior del recinto ferial se puede disfrutar de productos gastronómicos locales como jamón ibérico, “pescaito” (pescado frito), queso, vinos maravillosos, manzanilla, rebujito, cerveza local, música en directo y bailes regionales. Este ambiente festivo se extiende por toda la ciudad.
Durante esta celebración sevillana la gente se viste con los trajes típicos andaluces: los hombres a caballo con trajes de campo azules y grises y sombrero sevillano, las mujeres con vestidos flamencos o de gitana lisos o con puntos, coloridos, alegres y voluminosos. Durante el día los caballos andaluces invaden la ciudad haciendo desaparecer los coches de las calles. Se crea un ambiente tradicional. Otro elemento fundamental son las corridas de toros que se realizan en la Plaza de la Maestranza de Sevilla que se llena “hasta la bandera” todas las tardes de la Feria.
Las sevillanas es el baile típico de Sevilla. Existe un gran número de tipos como las amorosas, las rocieras o las corraleras. Son bailes de pareja de gran precisión y técnica.